El cóctel tóxico que mata a las abejas

Desde hace años los investigadores de todo el mundo intentan dar con la clave que produce la muerte de las abejas a escala global. Los estudios desarrollados durante varias décadas apuntan hacia distintos factores ambientales y el uso de pesticidas agrícolas como causas probables de la progresiva desaparición de estos insectos.Ahora, dos equipos de científicos del Reino Unido han llevado a cabo por primera vez una investigación a gran escala que demuestra los efectos negativos de los pesticidas derivados de la nicotina en diferentes especies de abejas. Mientras que un grupo de investigación dirigido por Ben Woodcock, del Centro de Ecología e Hidrología de Oxfordshire, se ha centrado en tres especies de abejas europeas , el equipo de Amro Zayed, de la Universidad de York, ha basado su estudio en ejemplares canadienses. Ambos trabajos se han publicado este jueves en dos artículos de la revista Science que, además, presenta una revisión de ambos estudios por Jeremy Kerr, un experto en abejas de la Universidad de Ottawa. "Hay muchas causas posibles que aumentan la mortalidad de las abejas, y lo más probable es que estos motivos interactúen entre sí. Es un rompecabezas que los científicos tienen que resolver", ha explicado para este diario Amro Zayed en relación a la dificultad de investigar la mortalidad de las abejas."Incluso en un área donde los pesticidas se usan con intensidad, las abejas pueden verse muy afectadas por las condiciones climáticas y la pérdida de hábitat. Cada uno de estos factores puede interactuar y los resultados pueden ser muy complicados de interpretar", ha dicho Kerr al respecto.Abordar el problema no ha sido sencillo y en esto se diferencian estos dos estudios de los realizados anteriormente también con pesticidas neonicotinoides, que como la nicotina, son en sí una defensa natural de las plantas frente al ataque de insectos y que los agricultores utilizan para controlar sus cosechas de las plagas. La novedad de esta nueva investigación radica en cómo afectan estos insecticidas a las diferentes especies de abejas, sociales y solitarias, y cómo lo hacen a lo largo del tiempo en grandes extensiones de cultivo, como los de colza o maíz, y en diferentes países como Reino Unido, Hungría, Alemania y Canadá. "Mientras la investigaciones anteriores no han sido concluyentes, nuestro estudio, por su tamaño y alcance, explica de forma amplia las inconsistencias en los resultados de estudios anteriores", ha afirmado Richard Pywell, coautor del estudio.
Source: El Mundo, 29 JUN. 2017
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